domingo, 2 de diciembre de 2012

Ensayos, artículos y notas de opinión

El Impacto de la minería en la economía del Perú



La actividad minera ¿importante o problema para el país?
(Categoría: ensayo)


El Perú es un  país minero por excelencia, su  territorio alberga una prometedora e invalorable variedad  de  recursos minerales. Por eso en la actualidad la minería se constituye en  una de las importantes, aunque no las únicas,  actividades económicas extractivas que mayor  divisa  genera para el país, a la vez miles de empleos para los peruanos.  Pero este inocultable beneficio en favor de la economía y desarrollo del país trae consigo un impacto negativo para  el  medio ambiente y sus pobladores. La minería, entonces,  es una actividad que tiene un precio muy alto para la naturaleza del país, traducida en la infertilidad de su suelo, el agotamiento y contaminación de sus aguas, sus recursos vegetales y animales.

La actividad minera tiene una larga data en el Perú. Es una actividad tan antigua como la propia civilización surgida en esta parte del mundo. En las sociedades  pre inca eran usuales las prácticas mineras, los trabajos metalúrgicos encontrados en las edificaciones de la época, testimonian cuán importante era esta actividad, sus artesanos y orfebres habían trabajado sabiamente el oro, la plata, el cobre y algunas piedras preciosas, como la esmeralda, en la obtención de utensilios de uso cotidiano, pero también de uso sagrado.  Los incas, como herederos de las sociedades antecesoras, no fueron tampoco ajenos a la actividad minera, aprovecharon los recursos minerales para fabricar utensilio domésticos como también objetos rituales.  Durante la época virreinal, la minería fue la principal actividad económica, cuya producción abasteció a los  exigentes  mercados europeos, cuyas economías se movían por la fuerza motriz del mercantilismo.

 Durante la República, principalmente a partir del siglo XX, con la masiva llegada de inversiones extranjeras en este rubro,  se iniciaron las operaciones mineras de manera intensa. Actualmente la explotación minera  representa aproximadamente el 61 % de las exportaciones del Perú, además, según los entendidos,  genera un 60 % de nuestras divisas y da empleo a un no 400 mil  peruanos. Entonces por lo pronto está allanado el camino que conduce a las posiciones puramente ecologistas que vociferan que no a la minería en su conjunto.

Nuestro país ocupa unos de los destacados y envidiables lugares en el mundo en la  actividad minera. Se destaca en el mundo, en orden de prioridad, por la extracción de plata, cobre y Zinc, además estaño, plomo y oro. Asimismo a nivel de América Latina, ocupa el  primer lugar en la extracción de plata, zinc, estaño, plomo y oro, y segundo en cobre. Según los estudios de los expertos,  la reserva de cobre, por citar un ejemplo, asciende a nada despreciable suma de 6 mil millones de toneladas factibles. Entonces a fiar en estos datos,  la minería está  enraizada profunda y significativamente  en la economía nacional.

La minería, según  los argumentos expuestos, mueve la economía del país, da empleo a los peruanos, desde la mano de obra básica hasta la especializada. A esta lista podemos agregar los puestos de trabajo que se generan gracias a la presencia de la actividad minera, en diversos rubros. Además, directa o indirectamente, interviene en el mejoramiento y expansión de obras de infraestructura complementarias, que van desde las carreteras hasta los servicios básicos de salud, pasando por educación y programas de apoyo a las poblaciones locales y regionales.  Con la minería se dinamiza el desarrollo de transportes, el comercio, entre otros.

Pero no todo es color de rosa, todas las bondades económicas de la actividad minera reviste un costo  ecológico incalculable. Prácticamente  es preciso sentenciar que donde la minería se afinca, muere la naturaleza, y al morir ella agoniza su suelo, flora y fauna. Lamentablemente esta actividad  genera  un problema casi insostenible para el  equilibrio ecológico.  Si bien es cierto que la minería da empleo a la población local, pero ella no es eterna, cuando se agotan los minerales, las inversiones  se van, dejando un panorama desolado: suelo infértil, flora y fauna silvestres diezmadas, sin agua, etc. 

Por las consideraciones expuestas en el párrafo anterior, las comunidades locales donde se pretende  instalar la actividad minera oponen  una reacción adversa, generando movimientos sociales muy nutridos, atizando al ya  escenario social conflictivo desde hace décadas. Los ejemplos sobran: Proyecto Majaz en Piura, Proyecto Santa Ana en Puno, Proyecto Conga, etc.
En referencia a los argumentos consignados, la minería desempeña un papel importante en la economía peruana, pero sus operaciones  provocan un grave daño en la naturaleza,  siendo motivo  para el surgimiento  de movimientos sociales  anti mineros.  Entonces, estamos invitados a pronunciarnos en favor de una minería sostenida, pero críticos, frente a las posiciones exclusivamente ecologistas y economicistas, respectivamente.

Lic. David Enciso Sanchez

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