El Impacto de la minería en la economía del Perú
La actividad minera ¿importante o problema para el país?
(Categoría:
ensayo)
El
Perú es un país minero por excelencia,
su territorio alberga una prometedora e
invalorable variedad de recursos minerales. Por eso en la actualidad la
minería se constituye en una de las
importantes, aunque no las únicas, actividades económicas extractivas que mayor divisa genera para el país, a la vez miles de empleos
para los peruanos. Pero este inocultable
beneficio en favor de la economía y desarrollo del país trae consigo un impacto
negativo para el medio ambiente y sus pobladores. La minería,
entonces, es una actividad que tiene un
precio muy alto para la naturaleza del país, traducida en la infertilidad de su
suelo, el agotamiento y contaminación de sus aguas, sus recursos vegetales y
animales.
La
actividad minera tiene una larga data en el Perú. Es una actividad tan antigua
como la propia civilización surgida en esta parte del mundo. En las
sociedades pre inca eran usuales las
prácticas mineras, los trabajos metalúrgicos encontrados en las edificaciones
de la época, testimonian cuán importante era esta actividad, sus artesanos y
orfebres habían trabajado sabiamente el oro, la plata, el cobre y algunas
piedras preciosas, como la esmeralda, en la obtención de utensilios de uso
cotidiano, pero también de uso sagrado.
Los incas, como herederos de las sociedades antecesoras, no fueron
tampoco ajenos a la actividad minera, aprovecharon los recursos minerales para
fabricar utensilio domésticos como también objetos rituales. Durante la época virreinal, la minería fue la
principal actividad económica, cuya producción abasteció a los exigentes
mercados europeos, cuyas economías se movían por la fuerza motriz del mercantilismo.
Durante la República, principalmente a partir
del siglo XX, con la masiva llegada de inversiones extranjeras en este
rubro, se iniciaron las operaciones mineras
de manera intensa. Actualmente la explotación minera representa aproximadamente el 61 % de las
exportaciones del Perú, además, según los entendidos, genera un 60 % de nuestras divisas y da empleo
a un no 400 mil peruanos. Entonces por
lo pronto está allanado el camino que conduce a las posiciones puramente
ecologistas que vociferan que no a la minería en su conjunto.
Nuestro
país ocupa unos de los destacados y envidiables lugares en el mundo en la actividad minera. Se destaca en el mundo, en
orden de prioridad, por la extracción de plata, cobre y Zinc, además estaño,
plomo y oro. Asimismo a nivel de América Latina, ocupa el primer lugar en la extracción de plata, zinc,
estaño, plomo y oro, y segundo en cobre. Según los estudios de los expertos, la reserva de cobre, por citar un ejemplo, asciende
a nada despreciable suma de 6 mil millones de toneladas factibles. Entonces a
fiar en estos datos, la minería
está enraizada profunda y
significativamente en la economía
nacional.
La
minería, según los argumentos expuestos,
mueve la economía del país, da empleo a los peruanos, desde la mano de obra
básica hasta la especializada. A esta lista podemos agregar los puestos de
trabajo que se generan gracias a la presencia de la actividad minera, en
diversos rubros. Además, directa o indirectamente, interviene en el
mejoramiento y expansión de obras de infraestructura complementarias, que van
desde las carreteras hasta los servicios básicos de salud, pasando por
educación y programas de apoyo a las poblaciones locales y regionales. Con la minería se dinamiza el desarrollo de
transportes, el comercio, entre otros.
Pero
no todo es color de rosa, todas las bondades económicas de la actividad minera
reviste un costo ecológico incalculable.
Prácticamente es preciso sentenciar que
donde la minería se afinca, muere la naturaleza, y al morir ella agoniza su
suelo, flora y fauna. Lamentablemente esta actividad genera
un problema casi insostenible para el equilibrio ecológico. Si bien es cierto que la minería da empleo a
la población local, pero ella no es eterna, cuando se agotan los minerales, las
inversiones se van, dejando un panorama
desolado: suelo infértil, flora y fauna silvestres diezmadas, sin agua,
etc.
Por
las consideraciones expuestas en el párrafo anterior, las comunidades locales
donde se pretende instalar la actividad
minera oponen una reacción adversa,
generando movimientos sociales muy nutridos, atizando al ya escenario social conflictivo desde hace
décadas. Los ejemplos sobran: Proyecto Majaz en Piura, Proyecto Santa Ana en
Puno, Proyecto Conga, etc.
En
referencia a los argumentos consignados, la minería desempeña un papel
importante en la economía peruana, pero sus operaciones provocan un grave daño en la naturaleza, siendo motivo
para el surgimiento de
movimientos sociales anti mineros. Entonces, estamos invitados a
pronunciarnos en favor de una minería sostenida, pero críticos, frente a
las posiciones exclusivamente ecologistas y economicistas, respectivamente.
Lic.
David Enciso Sanchez
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